La velocidad de carrera depende de la frecuencia y longitud de la zancada. A una misma velocidad múltiples combinaciones de frecuencia y longitud de zancada son posibles. Podemos correr dando pocas zancadas pero largas o correr con zancadas más cortas pero dando muchos pasos.
Pero ¿qué combinación es la más beneficiosa para nosotros? Múltiples estudios científicos se han hecho esta misma pregunta y parece que todos llegan a la misma conclusión. Correr con una alta frecuencia y una corta longitud de zancada estresa menos nuestras articulaciones alejándonos de las temidas lesiones. Estudios científicos (Heiderscheit et al., 2011; Lenhart et al., 2014) han observado que si aumentamos nuestra frecuencia de zancada entorno a un 10%, la carga que soportan nuestras caderas y rodillas disminuye. Y no solamente eso, un estudio reciente (Lenhart et al., 2015) midió la presión que ejercía la rótula contra el fémur cuando corremos. Una presión excesiva puede contribuir a la degeneración del cartílago que recubre los huesos llegando a ocasionar la temida rodilla del corredor.
Los autores observaron que esa presión depende de nuestra forma de correr. A medida que aumentamos nuestra frecuencia de zancada la presión de contacto entre rótula y fémur disminuye preservando el cartílago de nuestras rodillas. Como podéis comprobar los beneficios de correr con zancadas cortas y alta frecuencia son múltiples por lo que desde I+D Running os invitamos a que modifiquéis vuestra forma de correr donde domine una frecuencia de zancada alta.
Importantísimo en Chirunning precisamente uno de los puntos en los que incidimos es zancada corta pero 180 de cadencia….